El análisis
llevado a cabo a través de estas cuatro diferentes muestras de periodismo ciudadano
presentes en Internet, permite revelar una serie de conclusiones en función de
la credibilidad de estos medios de participación ciudadana y la profesionalidad
de los recursos digitales usados.
El auge de estos medios ha ofrecido a la
sociedad un lugar de encuentro para que la ciudadanía pueda opinar y discutir
las cuestiones de la actualidad, además de conseguir el protagonismo que
anteriormente solo los medios tradicionales ostentaban.
Los medios online han
tratado de encauzar esta participación activa de la población en el proceso
noticioso. Muchas de las grandes portadas de medios tradicionales no fomentan
esta participación ciudadana, por lo que muchos de estos han tratado de tomar
la iniciativa y crear ellos mismo un espacio para el diálogo y el análisis de
la actualidad y otros temas olvidados por los medios de masas.
En función del
diseño y el uso de elementos multimedia de cada uno de estos espacios
ciudadanos, en mi opinión, se ajusta a las necesidades y finalidades
de cada autor. Por ejemplo, el diseño sobrio y sin elementos multimedia del
blog Rememoración es tan válido como el de politicahora.es, porque los fines
con los que se crearon estos websites son totalmente distinto. Mientras que el primero
nació como un blog para la reflexión y el análisis por medio de artículos sobre
un tema en concreto, el otro se ha convertido en un medio de comunicación sobre
la actualidad política con un diseño muy profesional y un uso de las
herramientas que ofrece Internet que poco tiene que envidiar a los grandes
medios de comunicación.
Mención especial
tiene SNN, que a pesar de que su mayor presencia está en las redes sociales
como Facebook, Twitter y YouTube se ha convertido en una fuente fiable de
información a la que muchos medios de comunicación de todos los países recurren
como si fuese una agencia de noticias siria. En este sentido cabe destacar el
papel que juegan los periodistas fundadores de este medio, que han garantizado
la fiabilidad de los vídeos y fotografías que suben los ciudadanos sirios, contextualizándolos, ubicándolos y fechándolos.
Con todo esto, puedo concluir que el periodismo ciudadano no pone en peligro la profesión periodista, como muchos profesionales afirman, sino que ambas vertientes se complementan y no pueden vivir una sin la otra. La supervivencia de ambas solo se garantiza con la divergencia, ya que los puntos débiles del periodismo ciudadano, como es la falta de credibilidad, las competencias de los periodistas profesionales puede suplirlas, o el recelo de la sociedad hacia los intereses partidistas, que pueden tener los medios de comunicación se pueden vencer con la integración de periodistas ciudadanos en sus filas para ofrecer una visión más cercana con la población.
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